Rafael Nadal celebrando la victoria / Fuente: El Mundo
Rafael Nadal conquistó el Master 1000 de Indian Wells tras imponerse en la final al argentino Juan Martín Del Potro por 4-6; 6-3 y 6-4 tras dos horas y treinta minutos, en la que supuso la victoria número 600 en la carrera del español como profesional, cifra que solo han alcanzado veinte jugadores en la historia.
El número 5 del mundo, con esta victoria recuperará el cuarto puesto en detrimento de David Ferrer, confesaba antes de disputar el encuentro que para él estar en la final “ya es un regalo” y que solo pensaba en disfrutar, sin presión por obtener la victoria. Pero nada más lejos de la realidad, Rafael es una máquina de competición, no entiende de partidos sin presión, lo da todo por conseguir la victoria y el partido ante Del Potro fue una nueva demostración de ello.
El partido tuvo un comienzo intenso, con Rafael Nadal muy metido dentro de la pista pegando con su derecha y buscando mucha profundidad en todos sus golpes. El español comenzó un poco irregular, alternando grandes puntos con errores no forzados producto de la agresividad que imprimía a sus golpes. El manacorí llevaba la iniciativa y mantenía a Juan Martín Del Potro muy por detrás de la línea de fondo, donde el tandilense no se siente cómodo. Rafa aprovechó el comienzo errático e irregular del argentino para romperle el servicio a las primeras de cambio y situarse con 3-0 y 15-40 a favor. Fue en ese momento donde emergió la figura del argentino, que no solo consiguió mantener su servicio sino que encadenó tres juegos consecutivos igualando el parcial. Poco a poco Del Potro iba recuperando terreno en la pista y afinando cada vez más ese ‘martillo’ que tiene como derecha. Fruto de ello, volvió a romper el saque de Nadal y cerrar con su servicio la primera manga por 6-4.
El inicio del segundo set fue un calco del final del primero. Un Del Potro metido en la pista y muy seguro con su derecha quebró el saque de Rafa Nadal en el primer juego y se colocó por delante en el marcador. Todo pintaba muy negro para el español, que se veía arrollado por los potentes tiros de su rival, pero al heptacampeón de Roland Garros no se le puede dar nunca por muerto. Nadal supo aguantar las embestidas del argentino y esperar a que llegara su oportunidad. Ésta llegó en el sexto juego, donde el español consiguió aprovechar un resquicio de debilidad en el argentino y quebrar su saque. A partir de aquí regresó el Rafa del principio, castigando con su derecha y moviendo de lado a lado a su rival, que empezaba a evidenciar muestras del cansancio acumulado en los maratones contra Murray y Djokovic. Nadal metió la directa, quebró de nuevo el saque del tandilense y se apuntó el parcial por 6-3.
Rafa Nadal durante la final / Fuente: El Economista
En el tercer y definitivo set se vio al de Manacor mucho más entero física y mentalmente. El español arrebató rápidamente el servicio a su rival y encarriló el set. Del Potro, mermado y con continuos gestos de cansancio, vendió cara su piel y mantuvo sus servicios a duras penas tirando de casta, aunque no tuvo opciones de rotura. Nadal materializó la primera bola de la que dispuso para cerrar el partido y volver a levantar un trofeo en pista dura desde Tokio en 2010.
Con esta victoria en el desierto americano Rafael Nadal se convierte en el jugador con más torneos Masters 1000 de la historia (22) superando al suizo Roger Federer (21) y pone la guinda a esta primera fase de su regreso a las pistas que se salda con un balance casi inmejorable, 4 finales en cuatro torneos disputados y tres títulos. Ahora el español se tomará un descanso y para preparar bien la gira de tierra europea, no viajará a Miami y regresará a las pistas en Montecarlo.
La pasión del deporte 